jueves, 24 de junio de 2010

Berlín

   Acabo de llegar de Berlín. Fue una visita casi relámpago (sólo cuatro días) que surgió a cuenta del concierto de AC/DC  celebrado el 22 de junio.
   Lo primero que debo decir del viaje es que Berlín es una ciudad que merece la pena conocer. Confieso que me sorprendió.
   No se puede decir que en Canarias tengamos poco contacto con los alemanes. Nos los encontramos en cualquier rincón de nuestros pueblos y ciudades, en los lugares más recónditos de nuestros barrancos. Allí donde hay una vereda que caminar no pasa mucho tiempo antes de que una pareja de alemanes aparezca por el recodo, con su equipo de trekking, pateando nuestra tierra. Y la imagen que me había formado de ellos es la una gente muy metida en lo suyo, muy terca en mantener su visión de la vida por encima de cualquier cosa. La imagen de los cabezas cuadradas, vamos.
   Pues si los alemanes son así realmente, los berlineses deben de ser una especie aparte en el país. Es gente divertida, en ocasiones incluso escandalosa, que aprovecha la mínima oportunidad para lanzarse a la calle a disfrutar de la fiesta de la vida. Grandes bebedores de cerveza (no podía ser menos) y consumidores de currywurst (salchicha cocida o asada a la parrilla), pero amantes también de la buena mesa.
   Es la primera vez que me paseo por un escenario de la Segunda Guerra Mundial y la contienda sigue mostrando sus cicatrices en una ciudad que ha sabido renacer de sus cenizas para convertirse en una urbe moderna en la que sus habitantes, repito, disfrutan de la vida lo mejor posible. Se trata además de una ciudad que cuenta con una oferta cultural envidiable, con teatros diseminados aquí y allá, grandes museos (en cuatro día, sólo me dio tiempo de visitar uno, el de Pérgamo, de obligada visita), y una comunidad de artistas que abarca todas las ramas del arte (actores, pintores, escultores, músicos, cineastas, etc.), lo que hace de Berlín uno de los más importantes centros europeos del arte moderno.
   Pero mi visita a la ciudad tenía un objetivo claro: el concierto de AC/DC. Qué pedazo de cacho de concierto nos gozamos Juan Carlos (el amigo con el que fui) y yo. Ya habíamos estado en el concierto que el grupo dio el Madrid el año pasado. Pero éste de Berlín ha sido apoteósico, grandioso, una experiencia descomunal. Para recordar toda la vida. Como llegamos muy temprano al Estadio Olímpico de Berlín, conseguimos colocarnos a escasos metros del frente del escenario y a muy poca distancia de la pasarela central por la que Angus Young y Brian Johnson hacen de las suyas en el concierto. Y la experiencia fue brutal. El buen rock and roll nos inundó los sentidos y las tripas durante dos horas de éxtasis musical. Dos horas que permanecerán en mi memoria, y en mi corazón, para siempre.
   No sé si el grupo volverá a sacar un disco nuevo (hay que tener en cuenta la edad de sus componentes, que ya peinan canas y calvas). Ni cuánto tiempo pasará para que ese disco, en el caso de que se componga, vea la luz. Ni sé si tendré la oportunidad de asistir a otro concierto de ellos. Pero lo que han hecho hasta ahora está ya grabado a fuego en la historia del mejor rock and roll, de la buena música. Sólo me queda soñar con que a la batería de Phil Rudd, al bajo de Cliff Willians, a la guitarra rítmica de Malcon Young, a la voz inconfundible de Brian Johnson y a la genialidad del maestro guitarrista Angus Young (un auténtico espectáculo en vivo) le queden todavía mucha vida por delante.
   No puedo terminar este repaso a mi visita a Berlín sin subrayar que este viaje me hizo un último regalo inesperado, de esos que te encuentras pocas veces en la vida: dos nuevos amigos. Helen y Matthias fueron nuestros anfitriones y me acogieron con un cariño al que quiero responder con la misma intensidad. Mi casa en Tenerife es ya su casa en Canarias. Ella es una gran artista que se lo está currando de lo lindo en Berlín (visita su página). Él es un actor que se ha hecho un hueco merecido en los escenarios alemanes. Espero verlos pronto. Un beso fuerte desde aquí a ambos. Gracias, Helen. Gracias, Matthias.

2 comentarios:

  1. Qué bueno Miguelito!! Que lo hayas pasado fenomenal, la intensidad de tus palabras y la emoción que emanan, transmiten lo que disfutaste del concierto y de ese corto viaje.¡¡ 1beso!!
    Vero.

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  2. Hola, Verónica. Qué sorpresa.
    Sí que lo pasé de maravilla. A la próxima visita a Berlín te apuntas tú conmigo, ¿vale?
    Un beso para ti también

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