domingo, 2 de octubre de 2011

El "thin ice" de siempre


    Ahora estoy de nuevo entre estas cuatro paredes. ¿Hasta cuándo? Me vuelvo a tumbar boca arriba, meto las palmas de mis manos entre la nuca y la almohada y contemplo el techo una vez más dibujando fantasías imposibles en su blancura, atento al crujir del hielo. Temo que un día de estos alguno de los seísmos herreños acabe por resquebrajarlo bajo nuestros pies y Alphonse caiga al vacío esperando el tirón de la soga.    Aquí de nuevo. Acabo de entrar en el blog y caer en la cuenta de que desde el once de septiembre (qué fecha) no he colgado nada nuevo. Ahora mismo vivo más subiéndome por las paredes que con los pies en el suelo, con las ganas de escribir que a veces me vienen y que, con la misma, me gritan bah, que te den. Por cuestiones familiares llevo casi dos semanas metido entre cuatro paredes sin salir más de media hora por las mañanas para hacer las compras diarias, luchando contra un muro que no quiere moverse por más que le intento hacer ver que en el movimiento está la luz al final del túnel. Y eso que cada día al levantarme me pregunto si es cierto que existe esa luz. Así que aquí estoy, pasando unas vacaciones inesperadas y no programadas que harán que termine por reincorporarme al trabajo más agotado en todos los sentidos de lo 
que estaba cuando las empecé. Con la vida un poco patas arriba. Con la cabeza y los sueños (ésos que invariablemente nunca se cumplen) muy al norte. O muy al sur. O yo qué sé por dónde andan. Con los ánimos tan en lo profundo que empiezo a preguntarme si no serán ellos los causantes de la crisis sísmica en la isla de El Hierro. Si al final se produce la erupción que los técnicos estiman poco probable por ahora, quizás asistamos al curioso fenómeno de que lo que salga de las tripas de la tierra no sea el magma incandescente sino mis ganas acumuladas. Que me perdonen los amigos herreños por estos días de inquietud. Ha sido sin querer.
    Pero hoy he tenido un descansito. Apenas un par de horas. He paseado un poco por la calle Triana en Las Palmas, hice un alto en un estanco para comprar el periódico y me senté en el kiosco de San Telmo a tomarme una cerveza mientras comprobaba que, fuera de estas paredes que me retienen, el mundo sigue su derrota de tiempos inciertos. Rubalcaba continúa intentando convencer a quienes ya no hay forma de convencer. Rajoy, erre que erre con su discurso vacío y monocorde, sabiéndose vencedor por los errores del contrario más que por los méritos propios. Gadafi sigue sin aparecer y, menuda sorpresa, aún quedan gadafistas que apresar. Y las mismas mierdas de siempre, las mismas miserias que no cejan en su empeño por mucho que pasemos más o menos tiempo sin entrar en contacto con ellas. En la de hoy, Alphonse Kenyi, un niño de catorce años, espera en un corredor de la muerte de Sudán a que sus verdugos lo lleven a la horca, le cubran la cabeza con un trapo y le ajusten al cuello el lazo que cercenará toda la vida que tenía por delante. ETA dice que colaborará con el “comité de verificación” del alto el fuego; un grupo de ejecutivos malnacidos saquean las arcas de la Caja de Ahorros del Mediterráneo asignándose indemnizaciones multimillonarias después de haber arruinado a la entidad, y China hay quien piensa que se está convirtiendo en un descomunal gigante de arena en la orilla, justo en la línea de la pleamar.
    En fin, lo de siempre. Este mundo nuestro que sigue deslizándose on the thin ice of modern life. ¿De qué nos sorprendemos when a crack in the ice appears under our feet? 
    La única certeza es que nunca se cumplen.

5 comentarios:

  1. Many "withouts livings", my friend...

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  2. Miguel, esto del FB y la amistad virtual tienen el problema de que hoy yo haya estado en el mismo sitio que tú por la mañana y no nos hayamos reconocido....
    Un saludo

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  3. Vaya, ya podía haber pasado yo por allí a hacer las presentaciones. Aunque claro con un ojo en cada niño (ya sé, me falta uno) no sé si me hubiera yo fijado en los afortunados indolentes que leen el periódico y toman el sol y una cerveza los domingos por la mañana...

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  4. ¡Cachis, Israel! Sí que hubiera estado bien que nuestras miradas se hubieran cruzado y nos reconociéramos, o que Luisi hubiera pasado por allí (aunque fuera con los tres retoños) e hiciera las oportunas presentaciones. Quizás en otra ocasión.

    Too many withouts livings, Luisi. Too many...

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  5. Siempre hay algo que desahoja, y lo tuyo es escribir.
    ánimo

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