lunes, 19 de abril de 2010

La educación de los hijos



Durante veinte años he observado el desarrollo del hijo de unos amigos. Conocí al niño cuando tenía cuatro años. Pasé el fin de semana en casa de sus padres. Ese fin de semana todo el hogar estuvo subyugado por la tiranía de este pequeño dictador de cuatro años. Los padres no hicieron nada por impedir ni uno solo de sus deseos, desde decidir qué quería comer, hasta qué canal quería ver en la televisión. Tuve la fuerte sensación de que ese niño no aprendería nunca a afrontar la frustración y pasaría por momentos difíciles cuando se diera cuenta de que el resto del mundo no estaba tan dispuesto como sus padres a gratificar cada uno de sus deseos. Ahora, a la edad de veinticuatro años, este joven ha sido repetidamente suspendido en una serie de escuelas, parece que colecciona multas de tráfico, incluidas algunas por conducir en estado de embriaguez, y ha mantenido una serie de relaciones insatisfactorias con mujeres jóvenes, tres de las cuales fueron inducidas por él a abortar cuando quedaron embarazadas. Sus padres, con los que apenas se habla, se preguntan qué pudo haber salido mal.
Cita del libro El lado oscuro del amor,
de Jane G. Goldberg
(Ediciones Obelisco)


   Cada día que pasa me convenzo más de que para ser padre habría que pasar una especie de examen que te habilitara para ello a través de alguna suerte de licencia administrativa. Igual que con el carné de conducir.




2 comentarios:

  1. Las niñas y los niños en sus edades tempranas no aprenden, imitan; por eso hay que tener unos modelos adecuados y coherentes. Entonces estoy de acuerdo que para ser padres habría que superar una prueba

    ResponderEliminar
  2. Sí, Marisa. Lástima que el estado no llegue a entrar en este asunto. Porque hay cada padre o madre por ahí suelta...

    ResponderEliminar