viernes, 31 de diciembre de 2010

Feliz




   No soy de los que viven estos días con especial emoción. Más bien lo contrario. Y más este año, en el que las ganas de hacer algo (lo que sea que hacemos siempre en nochevieja para vivir una nueva experiencia) no son muchas. Pero he de reconocer que me gusta el ambiente que se crea en este día último del año con los buenos deseos de la gente flotando en el ambiente. Lástima que esos buenos deseos no perduren en el tiempo y esta marea de buen rollito se diluya con el paso de apenas un par de días.
   Todos tenemos sueños, y desde aquí les deseo que en 2011 esos sueños se hagan un poco más realidad. Espero de corazón que todos nuestros Rosebud no caigan en el olvido, y que las olas nos los hagan desaparecer cuando lleguen a la orilla. Que perduren en el tiempo y que nos acerquemos a ellos con cada paso que demos.
   Un beso a todos.
   Especialmente a ti...


CELEBRACIÓN

Pongámonos los zapatos, la camisa listada,
el traje azul aunque ya brillen los codos,
pongámonos los fuegos de bengala y de arificio,
pongámonos vino y cerveza entre el cuello y los pies,
porque debidamente debemos celebrar
este número inmenso que costó tanto tiempo,
tantos años y días en paquetes,
tantas horas, tantos millones de minutos,
vamos a celebrar esta inauguración.

Desembotellemos todas las alegrías resguardadas
y busquemos alguna novia perdida
que acepte una festiva dentellada.
Hoy es. Hoy ha llegado. Pisamos el tapiz
del interrogativo milenio. El corazón, la almendra
de la época creciente, la uva definitiva
irá depositándose en nosotros,
y será la verdad tan esperada.

Mientras tanto una hoja del follaje
acrecienta el comienzo de la edad:
rama por rama se cruzará el ramaje,
hoja por hoja subirán los días
y fruto a fruto llegará la paz:
el árbol de la dicha se prepara
desde la encarnizada raíz que sobrevive
buscando el agua, la verdad, la vida.

Hoy es hoy. Ha llegado este mañana
preparado por mucha oscuridad:
no sabemos si es claro todavía
este mundo recién inaugurado:
lo aclararemos, lo oscureceremos
hasta que sea dorado y quemado
como los granos duros del maíz:
a cada uno, a los recién nacidos,
a los sobrevivientes, a los ciegos,
a los mudos, a los mancos y cojos,
para que vean y para que hablen,
para que sobrevivan y recorran,
para que agarren la futura fruta
del reino actual que dejamos abierto
tanto al explorador como a la reina,
tanto al interrogante cosmonauta
como al agricultor tradicional,
a las abejas que llegan ahora
para participar en la colmena
y sobretodo a los pueblos recientes,
a los pueblos crecientes desde ahora
con las nuevas banderas que nacieron
en cada gota de sangre o sudor.

Hoy es hoy y ayer se fue, no hay duda.

Hoy es también mañana,  y yo me fui
con algún año frío que se fue,
se fue conmigo y me llevó aquel año.

De esto no cabe duda. Mi osamenta
consistió, a veces, en palabras duras
como huesos al aire y a la lluvia,
y pude celebrar lo que sucede
dejando en vez de canto o testimonio
un porfiado esqueleto de palabras.

                                  (Pablo Neruda)

1 comentario:

  1. Lo que se dice la "alegría de la huerta" no es este artículo... pero si te sientes así, lo mejor no es intentar engañar... En fin, espero que a partir de ahora sientas las cosas de otro color y recuerda que "no hay mal que 100 años dure"...

    ResponderEliminar