domingo, 13 de noviembre de 2011

¿Voto útil? ¡Venga ya!

    He experimentado en carne propia eso de vender la piel del oso antes de salir a cazarlo. Me puse a la tarea de preparar un texto a cuenta del debate de los candidatos (los únicos candidatos que parece haber en este país) el fin de semana anterior al lunes de la cita a dos. Es decir, empecé a redactarlo cuando aún el debate no se había celebrado. Pero ya imaginaba de qué iría la cosa y no tuve reparos en anticiparme. Incluso tenía el título para el artículo, algo así como ¿por qué lo llaman amor cuando quieren decir sexo? La idea era ponerme a despotricar contra lo que barruntaba no sería un debate tal cual sino una entrevista a dos ante las cámaras de televisión y una audiencia descreída. Después de haber visto otros debates anteriores (que sí, los hubo, aunque hace tanto tiempo que a muchos se les haya olvidado), no esperaba nada nuevo de éste. Pero reconozco que aposté a ciegas y me salió mal la jugada. Si algo me sorprendió de lo que ocurrió el lunes 7 de noviembre fue que el espectáculo tuvo más de debate de lo que yo había aventurado. Y hasta ahí mis sorpresas. Por lo demás, nada nuevo bajo el sol. Rubalcaba se esforzó en defender lo que ya nadie con dos dedos de frente puede llegar a creerse; y un Rajoy gris y opaco se enrocó en su matraca particular a sabiendas de que lo ha estado aupando a la victoria sin necesidad de repeinarse el flequillo: la buena gestión de la economía para generar confianza y la creación de empleo. Lo que quiera que eso signifique no lo aclara este político anodino que en circunstancias normales jamás hubiera llegado a ser presidente del gobierno y cuyo único mérito es haber sabido mantenerse firme en su puesto a la espera de una ocasión provechosa, como la hiena que no le quita ojo al león para arrebatarle la caza al menor descuido.
    Qué asco de campaña electoral, de verdad. Luego la estirpe política y la mediática se quejarán de que el personal aproveche el domingo de elecciones para irse con la familia de paseo al campo y olvide visitar la urna. Si es que se lo ponen a huevo. Para los medios de comunicación no locales sólo parece existir la alternativa bipartidista, Rubalcaba o Rajoy, PSOE o PP; las otras voces obtienen escasa cobertura. Y no me vale el argumento de la proporcionalidad. Si estamos en un estado de derecho e igualdad (¿estamos?) todos deberíamos tener las mismas oportunidades, pero no. Y total, para lo que unos y otros tienen que decir, bastaría con una campaña que dure una tarde entre semana. Nos tomamos unas cañas y a otra cosa, mi amor, que no está el panorama para más lindezas.
    Por otro lado, en Canarias la campaña da grima. Y pena. La confrontación política entre todas las fuerzas en estas islas se limita a una única y crucial discusión: quién es más canario. O, como dijo José Manuel Soria, presidente del PP isleño, refiriéndose a Rajoy, quién es más canario que el gofio. Al menos Coalición Canaria sigue siendo la misma de siempre. Lo único que dice es que ellos son los más canarios del mundo mundial y que hace falta una voz con acento canario en el parlamento. Básicamente, lo mismo que vienen diciendo desde su fundación hace veinte años. ¿Proyecto poliqué? ¿Esoquésloqueé? Responden cuando alguien tiene la ingenuidad de preguntarles por su proyecto político para el archipiélago. Estoy incapacitado del todo para escucharlos, ya no me queda más vergüenza ajena.
    Así está montado el escenario en el que danza con música ajena esta campaña electoral. Como soy de los raros, aún así quiero votar el 20-N. Y como soy de los más raros, me preocupo por meditar mi voto. Por eso daré mi apoyo a la alternativa que representa EQUO, que en Canarias se nos presenta junto a Sí Se Puede, una plataforma política que, nacida en Tenerife, en estos momentos trabaja para enraizar su proyecto político y extender sus propuestas de futuro al resto de las islas. Ese será el sentido de mi apuesta política porque lo del voto útil, si nunca me lo he creído del todo, en estas elecciones me parece un chiste de mal gusto. Al PP no voy a votar, por supuesto. Y a Izquierda Unida, ni de coña por dos razones: primero porque Izquierda Unida en Canarias está formada por una panda de impresentables, a los que no quisiera ver sentados en el congreso, dispuestos a tocar a las puertas del infierno, sea quien sea el diablo, para ganar protagonismo sin importarles una higa el proyecto político que haya que sacrificar; y en segundo lugar, porque si al PSOE hay que echarle en cara lo mal que lo han hecho en esta legislatura, a éstos de IU habrá que recordarles que lo de Extremadura no ha caído en el olvido tan pronto. A Coalición Canaria tampoco. Nunca lo he hecho, aún no me he vuelto loco y en algo valoro mi inteligencia.
    Así que apoyaré a EQUO desde el convencimiento. Pudiera parecer que lo hago porque no me queda otra, como última alternativa, pero no es así. Desde sus comienzos me llamaron la atención las propuestas frescas, y maduras a un tiempo, que pregonan, y creo que satisfacen las aspiraciones de una buena parte de la ciudadanía que está harta de la aparentemente imparable deriva neoliberal que lleva este sistema político y económico que, queramos o no, se nos está imponiendo a golpe de recorte y mira tú qué derecho tan tonto, oye. Quiero creer que ha llegado el momento de las nuevas apuestas, de liarnos la manta a la cabeza y decir basta ya, desde la indignación, si lo prefieren. La voz de EQUO y sus mensajes se me hacen imprescindibles en los años que se avecinan. Si no, ¿qué nos queda? ¿Lo de siempre? ¿Los mismos partidos anquilosados en sus propias miserias? ¿Un cambio para no cambiar nada? Si sólo eso es lo que tenemos tras el 20-N, nos habremos hecho acreedores del gobierno y los políticos que nos merecemos. Por mí que no sea.

3 comentarios:

  1. Mmmmmmmmm, disiento.
    Totalmente de acuerdo en que en la trampa del voto útil no nos vuelven a pillar; y además en que en esta ocasión no vale irse a la playa (a no ser que seas del PP, entonces puedes irte a una playa de Tailandia, total...). Como le oí el otro día a Quino Sagaseta, la apatía política siempre ha sido mala compañera de la historia, pero en esta ocasión además es suicida. Nos jugamos que nos coman crudos o que al menos nos permitan elegir la salsa...
    Pero no comparto tu análisis de IUC en absoluto. La verdad es que los desconozco totalmente en Tenerife, pero en Las Palmas creo que al menos hay que darle una oportunidad a un equipo nuevo al que es, como mínimo muy injusto llamar "panda de impresentables". Por lo pronto trabajan duro y de manera desinteresada para recuperar para las islas la credibilidad para unas siglas muy desprestigiadas; y habría que preguntarle a "sí se puede" por qué pactan con equo en una isla y con IU en otra, más bien.
    Y en cuanto a Equo, pues no sé chico, pero, a nivel estatal, IU toda la vida, la verdad. Qué seguramente estoy equivocada (y mediatizada por haber votado en las penúltimas municipales a ese partido verde que hizo historia pactando con el PP (y no con un PP cualquiera, que el de mi pueblo parece salido de Valencia, la verdad))pero mira, me suenan a verdes descafeinados, con todo ese rollo de la sostenibilidad, por más que los leo no me parecen una alternativa de izquierdas, pero ya te digo, vete tú a saber, puedo estar tan equivocada con ellos como tú con IU en Gran Canaria, jejé.
    En lo único en que creo no equivocarme es en repetirte que a quién se le ocurre ver ese debate, teniendo un documental en la dos. Un beso (verde)

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  2. Lo que dices, Luisi, me reafirma en mis opiniones. ¿Cómo es posible que una misma organización política sea tan diferente en una y otra provincia en nuestra tierra? No sé cómo fue la cosa en Gran Canaria, pero sí sé cómo fue en Tenerife, y te puedo asegurar que en las conversaciones previas a formalizar la candidatura IU estaba presente. Y se desmarcó ella solita cuando no consiguió tener el protagonismo, en contra de la opinión de las otras fuerzas. Te puedo asegurar que Sí Se Puede lo intentó todo para que la unidad fuera la más amplia posible. Pero Izquierda Unida no se bajó de su discurso de nosotros tenemos que ser los protas y, si no, nos enfadamos. Al final se enfadaron y se fueron dando un portazo.
    ¿Trabajan duro y de forma desinteresada? No sabes cuánto me alegro. Pero en Tenerife no son así. Son, como digo, una panda de impresentables que no hay quien los entienda. Unos puristas. Unos ombliguistas. Lo repito, no quisiera verlos ocupando un escaño.
    Además, no me dices nada de Extremadura. Aquellos también eran Izquierda Unida. ¿Es que se van a ir de rositas? ¿De qué Izquierda Unida hablamos?
    Luisi, creo que no hay una Isquierda Unida sino muchas. Tantas como provincias en las que están presente, y eso no ayuda a crear un proyecto ilusionante. Lo siento pero no. No puedo votar a esa gente. Por lo menos, aquí en Tenerife.
    Y a EQUO creo que deberías prestarle un poco más de atención. Nunca voté a un Partido Verde porque nunca me gustó ninguno. Pero EQUO es más, mucho más que un Partido Verde. Sus propuestas y su discurso no se ciñen a lo estrictamente medioambiental. Su vertiente social también es muy interesante. Échales un vistazo: http://programa.equova.org/
    En cuanto al documental que me perdí por ver el debate, vale, tienes razón. Y lo peor de todo es que lo ví con una libreta en mi regazo en la que llené varias páginas de anotaciones. Ya lo digo en el artículo: soy raro de cojones.
    Un beso, chiquilla.

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  3. Pues estamos en las mismas. Los de IU de aquí lo cuentan como tú, pero al revés. Ya estamos con el mal endémico de la izquierda: pocos y mal avenidos. Y en frente, esa familia numerosa y patriarcal tipo Opus Dei que es la derecha española. No tenemos nada que hacer.
    Y vale, le daré otra vuelta a Equo, pero ya me he mirado su programa, y a ellos, y no me entran, no me entran...

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