viernes, 17 de febrero de 2012

El silencio de la espera


     Supe quiénes eran nada más entrar en el bar. Aquellas flechas que un día les regalé las noto desgastadas y casi ni se vislumbran en el silencio que con el tiempo se ha instalado entre ustedes. Quizá incluso estorban en la vida que se han acostumbrado a compartir y por eso no se sientan de frente, como si ya no tuvieran un frente mutuo que ofrecerse a pesar de las sonrisas de antaño que hoy siento ahogadas en el frío que les envuelve bajos unos abrigos que, en el calor del bar, no se atreven a quitarse, tal vez porque han desaparecido también las ganas de mostrar la desnudez ante el otro. Taza de chocolate tú, copa de vino él. Ni siquiera en eso parecen hallar los viejos lugares de encuentro olvidados en el pasado, y rebusco en mi espalda mientras te veo bostezar la espera de unas flechas que ya no me quedan.

8 comentarios:

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  2. Hola, Torner. Mira en ADARGOMA, en el apartado de "notas", dentro de los mensajes. Un saludo

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  3. A eso se le podría llamar "sacar brillo a las flechas desgastadas". Precioso. Un saludo

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  4. Toc, toc, ¿Hay alguien ahí? Espero que estés bien.
    Un saludo.

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  5. Precioso! para que veas que te leo. Un beso !

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  6. Muy bonito pero....¿cuando expresarás la alegría, la esperanza, el anhelo del encuentro, del otro? Y no me vale lo del recurso del escritor es su sufrimiento
    Jorge

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  7. Gracias por tu interés, Malu. Son las cosas de la vida, y del trabajo, y de lo que cada día nos llena las horas que nunca son suficientes. Nunca tuve intención de estar tanto tiempo fuera y nunca me he planteado irme. Hoy he vuelto. UN beso.

    Gracias por el entusiasmo, amiga anónima (ups, lo de "amiga" hará suponer que no eres tan anónima, al menos para mí). Un beso.

    Jorge, ¿cuántas veces quieres que te lo explique? La literatura es la literatura, tiene sus propias reglas y no intenta, ni de lejos, reflejar la realidad sino recrearla. Sin conflicto no hay texto bueno. Lo que yo hago en literatura no es lo que soy. A ver si de una vez te lo metes en la cabeza, chiquillo. Otro beso para ti.

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