Déjame entrar.
Préstame tus sueños,
rodéate de mí.
Estrecha en tu mano
mis ansias.
Tu dios,
tú mi deseo y prisión hoy.
Soy, en tu piel, mortal.
Déjame
en ti.
(Miguel Ángel G. Vargas e
Iván Ruiz Expósito)
Déjame entrar a tu íntimo alfabeto
ResponderEliminarpara saber lo tuyo por su nombre
y a través de tus letras
hablar de lo que permanece
y también de auroras y de nieblas.
Déjame entrar para aprenderte
y girar en tu órbita de voces
hablándote de lo que me acontece
describiéndote a ti.
Quiero dar testimonio a los hombres
de tus enes y tus zetas
desnudarte ante ellos como una niña
para que todos se expresen con acento puro.
Homero Aridjis
Saludos
Bonito. Ni conocía el poema ni conocía al poeta. Tomo nota. Gracias.
ResponderEliminarUn beso.