El pasado 18 de junio publiqué una entrada desde el sentimiento que me produjo la muerte de José Saramago. Poco después de hacerlo, la muerte volvió a rondar mi vida y la de mis seres queridos. Llegó, como suele hacerlo, de forma implacable, y se llevó con ella al hermano de un amigo. Al hermano de un hermano.
Quisiera pensar que si de verdad algo pasa tras la muerte y un nuevo viaje se abre en nuestras existencias, Alber tuvo el lujo de no viajar solo, de tener a José Saramago como compañero de viaje.
Me faltan las palabras.
Te llevamos en el corazón. Siempre.
Adiós, Alber.
Quisiera pensar que si de verdad algo pasa tras la muerte y un nuevo viaje se abre en nuestras existencias, Alber tuvo el lujo de no viajar solo, de tener a José Saramago como compañero de viaje.
Me faltan las palabras.
Te llevamos en el corazón. Siempre.
Adiós, Alber.
Gracias. Ya vez que sí leo tu blog aunque a veces me duele hacerlo. Este y en agosto
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